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Muchas empresas descubren como, cuando un internauta busca el nombre de la compañía en Google, el primer resultado que aparece es un enlace hacia la competencia con una dirección mail, sospechosamente parecida a la nuestra. La cobertura legal con que otorga el registro de marcas, podría proteger las empresas ante esta práctica muy extendida.
Acceder al buscador más popular en todo el mundo, introducir el nombre de la propia empresa y descubrir que, en el encabezado de los resultados, aparece un enlace hacia la web de la competencia. Es una sorpresa desagradable y que a ninguna empresa interesa. No es de extrañar, dado que cada segundo se realizan, en todo el mundo, 2.3 millones de búsquedas introduciendo una o varias palabras en el simplísimo formulario de Google.
Entre las prácticas más agresivas destacan aquellas en las que empresas o particulares registran dominios que contienen el nombre de otra marca o las campañas de publicidad agresivas en las que se codifica el nombre de la competencia para usurpar clientes. Se trata de acciones que ponen en riesgo la integridad y el valor de la marca online, para las que la protección de marcas es una opción de seguridad.
La cuestión de internet ha adquirido tan relevancia que incluso la WIPO (Organización Mundial de la Propiedad Intelectual) se ha posicionado en relación a un tema tan importante como la protección de los nombres comerciales en la contratación de dominios.
De hecho, el nombre de dominio es una importantísima decisión comercial, que redundará, incluso, en la posición en la que aparece posicionada la empresa cuando se realizan búsquedas en Google, Bing o Ask (por mencionar los principales buscadores).
>>> Según WIPO «Debería escoger un nombre de dominio que no sea la marca de otra empresa, particularmente una marca notoriamente conocida. Esto se debe a que para la mayoría de las legislaciones el registro de una marca ajena como nombre de dominio equivale a la infracción de una marca, conocida asimismo como "ciberocupación"»
Ante esta realidad, el recurso legal reconocido internacionalmente es el registro de la marca. Hay numerosísimos casos en los que tribunales de todo el mundo han protegido a marcas registradas frente a casos de ciberocupación.
La usurpación de dominios, por fortuna, se trata de una práctica en claro retroceso, gracias a las numerosas y contundentes sentencias que se han emitido.
En cuanto a la publicidad ¿Cómo puede ser posible que en la realización de búsquedas sobre la empresa aparezca la competencia? Existen mecanismos en todos los buscadores que ofrece la posibilidad a las empresas, y todo aquel que tenga una web, de que aparezca un enlace hacia su web (¡justo al principio de los resultados!) cuando un internauta introduce una palabra para realizar una búsqueda.
Este sistema de publicidad se articula a partir a conjuntos de palabras clave que determina el contratante de la publicidad. Este sistema es conocido como Adwords.
Lastimosamente, esta práctica está muy extendida, existe hoy un verdadero problema para las empresas:
>>Hoy en día Google ha habilitado mecanismos para que las empresas puedan ejercer sus derechos como propietarios de las marcas y “prohíben cualquier infracción de los derechos de propiedad intelectual por parte de los anunciantes”.
Estos mecanismos permiten que los titulares de las marcas a los que les preocupen el uso de un término en los anuncios de AdWords que detecten a quienes hacen un uso fraudulento de dichas palabras clave incluyendo nombres comerciales y que puedan requerir la retirada de las mismas. Sin embargo, Google no será quien dirima disputas y algunos casos ya han desembocado en procesos judiciales.
A modo de resumen, apuntar que, hoy en día, estamos viviendo un momento en el que poco a poco la situación de alegalidad en la que durante muchos años se vivió en Internet se ha ido regularizando y normalizando. Por fortuna, Internet está dejando de ser este Far West tecnológico gracias a la paulatina actualización normativa y a los mecanismos de protección de marcas y de la propiedad que se están habilitando. Sin embargo, dada la velocidad de los avances será necesario actualizarse y mantener los mecanismos de alerta y protección frente a las vulneraciones de la propiedad comercial o industrial.