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¿Qué rol debe tener la universidad en el escenario de la innovación y la transferencia? ¿Qué relación debe existir entre la I+D+i que se desarrolla en los centros universitarios y la que se realiza y transfiere en las empresas? Estas cuestiones ahondan en el modelo de innovación que cada sociedad tiene y, en la actualidad, el modelo español presenta profundos retos.
Las universidades juegan un papel imprescindible en la transferencia de conocimiento. Sin ella, desde mi punto de vista, tiene poco sentido la I+D universitaria, dado que esta Transferencia (en mayúsculas) es la que debe facilitar el traslado, la aplicación y la explotación de la innovación hacia el sector productivo o la sociedad. Por este motivo, es un mal síntoma que caigan las patentes europeas presentadas por las universidades.
La tradición anglosajona, sobre todo, nos ha estado demostrando en los últimos años la importancia de los modelos productivos e innovadores surgidos en la universidad. Forma ya parte del imaginario colectivo el valor que todos otorgamos a noticias en las que se cita al MIT (Massachusetts Institute of Technology) (una referencia mundial en TIC e innovación científico técnica), sin infravalorar el peso de UCLA (University of California), en el TOP de patentes de los Estados Unidos. De estas universidades han salido buena parte de los proyectos más innovadores.
Sin embargo, si la realidad que muestran los datos quedara en suspenso analizando las cifras de y descubriendo que aumentan los registros de innovaciones en productos y procedimientos en empresas e instituciones, no habría nada que decir. Pero, los datos demuestran que vivimos en un escenario de retroceso de las patentes y modelos de utilidad entre la empresa española (podéis consultar los datos a través de uno de nuestros últimos artículos).
Así, esta realidad demuestra que, aunque pueda parecer un contrasentido es cierto: la crisis ha hecho mella en algunos sectores estratégicos para la innovación, como son las universidades, y (los más preocupante) esto acabará lastrando la I+D+i en las empresas e instituciones españolas, que nadie tenga duda de ello. La relación universidad-empresa se halla un elemento indispensable.
Es muy preocupante que los escasos recursos económicos lastren el progreso e impiden que se abogue por el cambio de modelo productivo real que necesita la economía para ser competitiva. Las universidades deberían poder disponer de los recursos necesarios para impulsar innovaciones y la transferencia de estas hacia la empresa, sobre quien recaería el desarrollo de nuevos productos y procedimientos.